Comunicado de la Corriente Socialista Internacional sobre la crisis de refugiados!

Friday 4th September 2015

1. Europa está encarando la que ha sido llamada su «mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial». Los niveles globales de desplazamientos debido a la guerra y la persecución han alcanzado proporciones espeluznantes. Alrededor de 13,9 millones de refugiados fueron desplazados sólo en 2014. La cantidad de personas que entraron en Europa en julio de 2015 fue tres veces mayor que en el año anterior.

La mayor cantidad de refugiados que hacen el desesperado viaje a Europa vienen de Siria. La guerra civil que empezó con el intento de destrucción que el régimen de Assad aplicó sobre el levantamiento popular que comenzó en 2011 ha sido exacerbada por el ascenso del Estado Islámico. Sin embargo, ésto sólo puede ser comprendido en el contexto de la desastrosa invasión y ocupación de Iraq liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña. La ofensiva de las potencias occidentales ha causado devastación, usando fuerzas sectarias para estabilizar el país posibilitando la extensión del conflicto por toda la región.

Afganistán, otro país invadido y ocupado por las potencias Occidentales en los últimos años, es el segundo mayor emisor de refugiados. En este caso al igual que el anterior, lejos de ser una guerra con el objetivo de la liberación del país ha supuesto una catástrofe humanitaria y un aumento de la represión. Otros refugiados proceden del Este de África, dónde la intervención occidental en los conflictos de la región ha ayudado al establecimiento de algunas de las sociedades más militarizadas del planeta.

Alrededor del 80 % de estos desplazamientos causados por la guerra, la persecución y el empobrecimiento se ha desarrollado en países en vías de desarrollo. Cuando una pequeña parte de estos refugiados pretenden alcanzar Europa se encuentran con violencia policial – por ejemplo el campamento llamado la « jungla » en Calais, Francia ; las casi 180 kilómetros de valla levantada por el gobierno húngaro en su frontera ; o las operaciones navales llevadas a cabo por Frontex en el Egeo y el Mediterráneo que han acabado en tragedias con cientos de personas muertas.

Y cuando estas personas consiguen atravesar todas estas barreras se enfrentan con operaciones policiales cuyo resultado es su confinamiento en campamentos en los que soportan condiciones infrahumanas contra las que están luchando. Un ejemplo de ello es lo ocurrido repetidamente en el campo de internamiento de Amygdaleza en Grecia, dónde los refugiados han empezado una huelga de hambre en protesta por estas condiciones.

2. La crisis ha mostrado la hipocresía de la Unión Europea sobre la “libertad de movimiento”. La contrapartida de la creación de un mercado único de trabajo en sus fronteras es la creación de la “Europa fortaleza”- en la cual han tenido lugar las operaciones policiales de la agencia Frontex y se ha defendido una retórica no menos racista que la del nacionalismo europeo tradicional. El capitalismo exprime a la clase trabajadora sea del país que sea para obtener sus beneficios, pero usa el racismo y los controles de inmigración para dividir a los trabajadores y acabar con su auto organización y sus luchas.

El resultado en Europa ha sido trágico. Sólo la semana pasada, casi 300 personas desaparecieron en la costa de Libia; 71 migrantes, cuatro de ellos niños, fueron encontrados en un camión en Austria; más recientemente 12 personas de nacionalidad siria murieron en la costa de Turquía, incluyendo dos niños kurdos y su madre.

El clima de racismo e islamofobia, alimentado por los políticos del sistema en años recientes ha permitido que fuerzas de extrema derecha capitalicen la crisis de refugiados. En Gran Bretaña, Nigel Farage, líder del UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido), advierten que este flujo de personas puede provocar que lleguen “extremistas del ISIS u otras organizaciones yihadistas”. Marine Le Pen, del partido fascista francés Frente Nacional, ha clamado que el país cierre las fronteras. El presidente húngaro Viktor Orban, ha clamado que su país está cerrado a refugiados, que sean musulmanes y no cristianos.

3. La respuesta de gran parte de la clase trabajadora de toda Europa ha contrastado con la de sus gobernantes. Alrededor de 20.000 personas en Viena, Austria, dieron la bienvenida a los refugiados. Miles de personas han protestado contra el racismo en Alemania. Gran cantidad de ayuda ha sido recogida en centros de trabajo y comunidades de Gran Bretaña para los campos de refugiados en Francia. Sin el apoyo de la población local de Grecia, Macedonia y Serbia las personas que huyen de Siria no habrían alcanzado Budapest, con policía en las fronteras y en las estaciones de tren.

La respuesta muestra que se ha producido un cambio contra la ofensiva racista alrededor de Europa. Las redes establecidas para la coordinación de las protestas anti-racistas internacionales que impulsaron manifestaciones en mayo de 2014 y en mayo de 2015 han jugado un importante papel en movilizar el apoyo a las personas refugiadas.

4. Rechazamos el racismo dirigido hacia quienes quieren entrar a Europa. Llamamos a que las fronteras sean abiertas, que las necesidades humanitarias de estas personas sean cubiertas y que se les facilite un pasaje seguro hacia el destino elegido.

Condenamos a la Europa Fortaleza y llamamos al desmantelamiento de FRONTEX.

Llamamos a que los campos de refugiados sean clausurados.

Nos solidarizamos con las luchas organizadas por los migrantes, quienes han protestado por su persecución en la estación de tren de Budapest, en los campos de Calais y de Grecia y en la frontera húngara.

Apoyamos las protestas anti-racistas y otras iniciativas solidarias que están siendo organizadas por toda Europa.

5. Como socialistas rechazamos la idea de que los refugiados o migrantes significan una devaluación de los intereses o estándares de vida de la gente de clase trabajadora, o como a menudo se dice, “Deberíamos cuidar primero a los nuestros”. Por el contrario la responsabilidad de infligir austeridad, recortes, desempleo y pobreza sobre la gente trabajadora ha sido obra de los mismos responsables de la crisis de refugiados. Los intereses de la clase trabajadora de cualquier lugar pasa por oponerse a nuestros gobernantes que quieren dividirnos y dominarnos, dando la bienvenida a los refugiados y luchando junto a ellos por una vida decente para todos.

Coordinadora de la Corriente Socialismo Internacional, 4 de septiembre de 2015